8 consejos prácticos a la hora de escribir. SEGUNDA PARTE.

En una entrada anterior presentamos la primera parte de estos consejos. En esta ocasión, completamos la serie de consejos prácticos a la hora de escribir, dictados por el maestro del terror, Stephen King.


Consejo número 9. Truquitos y artilugios.

Los hay de sobra: la onomatopeya, la repetición incrementada, el flujo de conciencia, el diálogo interior, los cambios de tiempo verbal, la engorrosa cuestión de los precedentes, el tema, el ritmo, entre otros. Lo tienes todo a tu disposición, y deberías usar cualquier artificio que mejore la calidad de lo que escribes sin interponerse en la historia. Prueba lo que te dé la gana. ¿Que queda bien? Perfecto. ¿Que no? pues a la papelera. Aunque te guste.

 

Consejo número 10. El tema.

Todos los libros (al menos los que vale la pena leer) hablan de algo. Durante la primera versión, o justo después de ella, tu obligación es decidir de qué habla el tuyo. Durante la segunda (o tercera, o cuarta) tienes otra: dejarlo más claro. Quizá te exija cambios o revisiones a gran escala, pero tú y el lector obtendrán el beneficio de una mayor nitidez y una mayor unidad del relato. Casi nunca falla.


Consejo número 11. Revisiones, ¿cuántas? ¿Cuántas versiones?

En mi caso, la respuesta siempre ha sido dos versiones y una última mano. (Desde que existen los procesadores de textos, pulir se parece mucho a escribir la tercera versión). Ten presente que sólo hablo de mi manera de trabajar. De hecho, el proceso de reescritura cambia mucho de escritor a escritor. Si eres un principiante, permíteme el siguiente consejo: no bajes de dos versiones, una con la puerta del estudio cerrada y otra con la puerta abierta.

 

Consejo número 12. El ritmo. ¿Rápido o lento? ¿Cuál es la mejor manera de encontrar el punto medio?

El ritmo es la velocidad con que progresa la narración. Yendo demasiado deprisa te arriesgas a dejar rezagado al lector, por confusión o agotamiento. En cuanto a mí, prefiero ritmos más lentos y estructuras más ambiciosas. En mi opinión, debería dejarse que cada historia se desarrollara a su propio ritmo, que no siempre es trepidante. Pero ojo: si reduces demasiado la velocidad, corres el riesgo de poner nervioso hasta al lector más paciente.


Consejo número 13. La investigación, una modalidad de historia de fondo especializada.

Hazme un favor: si no tienes más remedio que investigar, porque hay partes de tu historia que tratan de cosas que conoces poco o nada, ten presente las palabras “de fondo”. Es donde le corresponde estar a la investigación: lo más al fondo que puedas ponerla. A ti puede que te apasione lo que estás averiguando sobre las bacterias carnívoras, el alcantarillado de Nueva York o el potencial de inteligencia de los cachorros de collie, pero es de prever que a tus lectores les interesen mucho más tus personajes y tu historia. ¿Que si hay excepciones? Claro que sí. Como en todas las reglas, ¿no?

 

Consejo número 14. ¿El escritor novel de ficción puede sacar algún provecho de las clases o seminarios de escritura? Las críticas. ¿Qué hay de ellas? ¿Qué valor tienen?

Demasiado a menudo, los que me lo preguntan buscan una varita mágica, un ingrediente secreto o quizá la pluma mágica de Dumbo. Personalmente no creo mucho en las clases de escritura, pero tampoco estoy del todo en contra.

Y las críticas, ¿qué valor tienen? Según mi experiencia, lamento decir que muy escaso. Suelen ser de una vaguedad exasperante. Una de las pocas veces en que he padecido un caso de bloqueo creativo con todas las de la ley fue durante mi último año en la Universidad de Maine, yendo no a uno, sino a dos cursos de escritura creativa.

Las clases o seminarios de escritura son tan poco “necesarios” como este libro o cualquier otro sobre el oficio de escribir. La mejor manera de aprender es leyendo y escribiendo mucho.

 

Consejo número 15. ¿Cómo se consigue agente? ¿Cómo se hacen contactos en el mundo editorial?

Te conviene mucho tener agente. Si lo que escribes se puede vender, te costará relativamente poco encontrarlo. Es más: aunque no se pueda vender, mientras sea prometedor es probable que encuentres a alguien.

Debes empezar siendo tu propio representante, o sea, leyendo las revistas que publican material como el que escribes tú. También te conviene comprar revistas de escritores, y guías especializadas.

 

Consejo número 16. ¿Escribir por dinero?

No, ni ahora ni nunca. No niego que mis libros me hayan dado mucha pasta, pero nunca he escrito ni una sola palabra pensando en que me la pagarían. Siempre he escrito porque me llenaba. Yo he escrito porque me hacía vibrar. Por el simple gozo de hacerlo. Y el que disfruta puede pasarse la vida escribiendo.

Ha habido momentos de mi vida en que escribir ha sido un pequeño acto de fe, como escupirle a la cara a la desesperación.

 

Con estos 8 números se completan los 16 consejos que ofrece Stepehen King en su libro Mientras escribo (Random House Mondadori, 2000/Jofre Homedes Beutnagel, Trad.). Si quieres leer la primera parte de esta entrada, da clic aquí. Recuerda que éste fue sólo un breve extracto. Te recomendamos mucho la lectura de este libro de 318 páginas.

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